Aunque este método milenario, que en lugares como Hong Kong tiene una gran influencia incluso en términos de urbanismo, en nuestro país se conoce de forma vaga y generalista. De hecho, a menudo, se confunde con elementos de decoración oriental cuando, en realidad, poco o nada tiene que ver con estos y sí mucho con la armonía que desprenden los espacios, sea cual sea su estilo. O peor, algunas malas interpretaciones y un abuso del lenguaje, mezclando términos y conceptos que nada tienen a ver unos con los otros, lo llegan a presentar poco más que como un rito pagano y casi de brujería. El Feng Shui es un método filosófico que se basa en la armonización energética y la ocupación consciente de los espacios donde habitamos y trabajamos. Su traducción, ‘viento y agua’, hace referencia al movimiento de lo que denominamos chi o flujo vital de energía, que forma parte de todos los seres vivos y cuyo flujo propicia salud, prosperidad y una vida armoniosa. Es importante discernir aquellos que venden ‘humo’ de los que aplican una metodología rigurosa con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ocupantes de un espacio. El resultado final debe ser la identificación y remedio, a veces técnico a veces simplemente con un cambio de hábitos, de aquellas patologías que merman la calidad de vida en la vivienda, oficina o local comercial. Desde el punto de vista empresarial (local u oficina), no olvidemos que la calidad de vida del personal y clientes durante el periodo que permanecen en el edificio, redunda en una mayor satisfacción de los primeros y una mejor experiencia de compra de los segundos.
¿QUÉ BUSCA?
El objetivo principal del Feng Shui es la creación de un ambiente positivo y armonioso que mejore la vida de sus ocupantes. Si estamos rodeados de desorden y oscuridad, lo más probable es que acabemos estresados y nuestro cuerpo se resienta. En cambio en un espacio armónico, acogedor, limpio y ordenado, nuestro ser se relaja y se siente con un nivel de energía óptimo. Cuando nuestra vivienda está en armonía, nosotros nos impregnamos de esa armonía, nuestra vida fluye mejor, estamos más relajados, descansamos mejor, tendremos relaciones más satisfactorias y estaremos más centrados en lo importante. Para ello se dibuja el mapa Bagua de un espacio que muestra la correspondencia entre las diferentes áreas de nuestra vida y nuestra casa y que servirá de guía para la toma de decisiones. Otras herramientas del Feng Shui son la ubicación de la vivienda, las formas, colores y texturas que se utilizan y la óptima utilización de los cinco elementos en casa: madera, fuego, tierra, metal y agua.